El pasado 18 de este mes de octubre leí en el HBR Blog Network (Harvard Business Review) un interesante artículo de Richard Davis, -socio de RHR International LLP y autor de “Los intangibles del Liderazgo”-, en el que partiendo de situaciones recientes en grandes compañías como HP, Yahoo! o News Corp. destaca que, -como en el patio de un colegio-, la arrogancia, la mala cara, las rabietas o la traición a la confianza parece estar a la orden del día en bastantes primeros ejecutivos.
Además, estas faltas directivas se dan en un mal momento. Con los problemas actuales de la economía, determinados comportamientos directivos hace que les veamos como niños malcriados, incapaces de jugar en equipo y limpiamente. (Esta crítica, que comparto, se puede complementar con las faltas éticas que vemos en muchos de ellos (en España, nos valen ejemplos como los de la CAM, CLM…)).
En un momento en el que necesitamos un liderazgo sólido y ejemplarizante, parece que estamos escasos de ejecutivos que actúen profesionalmente y como “adultos”.
Como comento a mis alumnos, los verdaderos lideres han de saberse gestionar a sí mismos en primer lugar, para luego poder gestionar las relaciones con las personas y las actividades operativas del negocio.
Del líder se espera comportamientos de decoro, autocontrol, compromiso o resiliencia., Hay que ser justos y decir que muchos – incluso diría que la mayoría- son honestos, trabajadores y entregados. Pero encontrar este tipo de comportamientos aprofesionales e inmaduros,- tanto en el sector privado como en el público-, resulta francamente dañino.
En pocas palabras, necesitamos líderes más maduros.
Madurez y control emocional.
Richard Davis destaca la madurez entre los rasgos del líder que necesitamos en el mundo actual. Es decir, la capacidad de reprimir los impulsos y dominar las reacciones emocionales.
La clave es el control. Cada día nos enfrentamos a decisiones que tienen implicaciones a corto y largo plazo. Los adultos maduros pueden defenderse de los impulsos de corto plazo, manteniendo el largo plazo a la vista; Esto es lo que les ayuda a mantener el control.
Los mejores líderes son dueños de sus emociones. Si bien es cierto que eso no es fácil, sobre todo en determinados momentos de tensión del negocio, esta es una competencia totalmente necesaria.
Conocer los factores que desencadenan los descontroles emocionales y trabajar en el corto y largo plazo, sobre las reacciones es la clave y es necesario, si se quiere ser un líder a la altura de las actuales circunstancias.
Si quieres más información, accede al artículo mencionado a través del siguiente link:
Bueno, hemos coindidido en gran medida con nuestros respectivos últimos post. Me alegra comprobar las coincidencias entre nuestros puntos de vista sobre la cuestión: no hay liderazgo adaptativo sin autoliderazgo. Lo demás es convertirse en animadores sociales o jefes-mamá.
Un cordial saludo
Santiago F Barrero