Nunca he entendido porque se puede
tener un puesto de trabajo de por vida; al igual que no entiendo que, por ser
hijo de sangre, se pueda tener un puesto fijo de por vida e, incluso, para
siempre: por eso no soy ni nazi, ni monárquico. La dignidad profesional tiene
que venir del trabajo y demostrarse todos los días.
Aunque mi padre fue funcionario, -al
que siempre he respetado y querido-, nunca he entendido que la Administración,
por pasar una prueba de conocimientos (todos sabemos que, en muchos casos, están
manipuladas favoreciendo a los que ya están contratados), ofrezca un trabajo de
por vida.
La Administración que, -si bien
tiene buenos funcionarios, aunque no todos-, permite que se tenga un mayor
porcentaje de absentismo y que no se trabaje por objetivos.
La última revisión del Estatuto Básico
del Empleado Público (EBEP), -hubo otras antes-, del Real Decreto Legislativo
5/2015, en su artículo 20, establece que se implantará un sistema de evaluación
del desempeño como el procedimiento mediante el cual se mide y valora la
conducta profesional y el rendimiento o logro de resultados. En ese caso, pensé,
se introduce un buen argumento para que aquel funcionario que no hubiese tenido
un buen desempeño, hubiese sido despedido.
Pero, prácticamente, ninguna organización
publica lo ha implementado con la connivencia de los sindicatos (especialmente, UGT y CCOO). Estos sindicatos están dispuestos a todo para que el empleo público sea
de por vida, aunque los empleados no sean eficientes. ¡Vaya sindicatos!
Por ejemplo, no he podido entender
como Mariano Rajoy, después de más de treinta años sin ejercer, se haya reincorporado a una
plaza de Registrador de la Propiedad, sin haberla ejercido antes durante este tiempo. Pero,
Mariano, -líder de un partido corrupto como, también, lo es el PSOE-, ¿Cómo
admites reincorporarte a una plaza de funcionario, tras más de treinta años,
sin ni siquiera actualizarte?, ¿No se te cae la cara de vergüenza?
El que la Administración permita
este tipo de inequidades no tenemos qué admitirlo. ¡Es una autentica desigualdad!
El trabajador privado, que tiene
que estar demostrado permanentemente sus capacidades, ve como los funcionarios tienen
un trabajo de por vida y ni si quiera se someten a una evaluación del
desempeño o al impacto de cualquier crisis económica.
Desde esta ventana llamo la atención
de lo injusto de tener funcionarios de por vida. Creo que es necesario que
tengan un sistema de rendimiento periódico y, periódicamente, se sometan a una revisión
de la necesidad organizativa de sus puestos, de nuevos conocimientos y, sobre todo,
de su desempeño.
Cuando fui Director General de la
Diputación de Málaga, efectué un estudio externo, donde se demostraba que
sobraba más del 25% de la plantilla, se lo comenté al Presidente (Elias Bendodo), pero, ahí siguen:
¿y quién lo paga?… ¿nosotros? (Por cierto, tengo ese informe para quien lo
quiera ver).
¡Qué vergüenza!
Sabemos que en el Estado hay
muchas funciones ajustadas y necesarias, pero, en general, sobredimensionadas y, en espacial, que sobran muchos funcionarios. ¿Qué va a hacer este
Gobierno? Yo se lo digo: ¡Nada! Incrementar los impuestos para seguir manteniendo
un buen cultivo de votos.
Otra vez: ¡Qué vergüenza!. ¡Tenemos que movilizarnos!
Antonio Peñalver
Socio director
de People First Consulting
Totalmente de acuerdo con el articulo, también me parece recomendable seguir algunas publicaciones de esta web https://pruebaslibres.net/curso-pruebas-libres-administracion-y-finanzas y estar atento a las tendencias actuales