Últimamente estoy teniendo la enriquecedora y retadora oportunidad de
tratar con muchos profesionales qué, -tras una desvinculación más o menos forzada por su organización (los más, la verdad) o por indicación de su organización-, han de
hacer frente a sus oportunidades de desarrollo profesional. En unos casos,
mediante procesos de apoyo a su transición profesional (outplacement) y en otros casos, mediante procesos de coaching.
tratar con muchos profesionales qué, -tras una desvinculación más o menos forzada por su organización (los más, la verdad) o por indicación de su organización-, han de
hacer frente a sus oportunidades de desarrollo profesional. En unos casos,
mediante procesos de apoyo a su transición profesional (outplacement) y en otros casos, mediante procesos de coaching.
En ambos casos, -y aunque resulte paradójico-, he encontrado
que muchos de estos buenos profesionales, tienen creencias que les limitan a la
hora de afrontar su desarrollo profesional de una manera plena: es decir,
creativa, satisfactoria, retadora….
que muchos de estos buenos profesionales, tienen creencias que les limitan a la
hora de afrontar su desarrollo profesional de una manera plena: es decir,
creativa, satisfactoria, retadora….
Muchas de estas creencias, se basan en aseveraciones tales
como: “aquellos que son despedidos ya no pueden crecer profesionalmente en el
futuro” o “la situación económica requiere no plantearse retos arriesgados”
como: “aquellos que son despedidos ya no pueden crecer profesionalmente en el
futuro” o “la situación económica requiere no plantearse retos arriesgados”
Y ello, me recuerda las recientes reflexiones del Doctor en
Filosofía, Ángel Sánchez, sobre las creencias del hombre actual.
Para la sociedad, en general, “la riqueza significa bienestar”. A su vez, el
ser humano, muchas veces, no desea salir de su zona de confort para no asumir
riesgos.
Filosofía, Ángel Sánchez, sobre las creencias del hombre actual.
Para la sociedad, en general, “la riqueza significa bienestar”. A su vez, el
ser humano, muchas veces, no desea salir de su zona de confort para no asumir
riesgos.
Y es cierto: muchas veces no desplegamos nuestro sentido
crítico y anhelos de conseguir nuestros deseos de autodesarrollo por miedo a la
incertidumbre. Y ello, nos hace aun mas infelices.
crítico y anhelos de conseguir nuestros deseos de autodesarrollo por miedo a la
incertidumbre. Y ello, nos hace aun mas infelices.
En estas sesiones de outplacement o de coaching, tratamos de
que las personas reflexionen sobre su gran potencial y lo que realmente les
resulta importante. Pero sus miedos les agarrotan y les hace encontrar escusas
para no arriesgarse. Reconocen, en muchos casos, que nos son felices, pero valoran,
ante todo, la seguridad.
que las personas reflexionen sobre su gran potencial y lo que realmente les
resulta importante. Pero sus miedos les agarrotan y les hace encontrar escusas
para no arriesgarse. Reconocen, en muchos casos, que nos son felices, pero valoran,
ante todo, la seguridad.
La clave de esta falta de proactividad en la vida, se basa
en el arraigo de creencias autolimitántes, imperantes en la sociedad. La gente
renuncia a su libertad y felicidad por la seguridad.
en el arraigo de creencias autolimitántes, imperantes en la sociedad. La gente
renuncia a su libertad y felicidad por la seguridad.
En mi opinión, la clave de estas limitaciones reside en el escaso
desarrollo de una competencia clave (la autoconfianza) y de una actitud capital (el optimismo). En gran parte se debe a que la empresa, la familia y
los centros educativos, en definitiva, nos han sabido apoyar el despliegue del ser humano en ambos aspectos.
desarrollo de una competencia clave (la autoconfianza) y de una actitud capital (el optimismo). En gran parte se debe a que la empresa, la familia y
los centros educativos, en definitiva, nos han sabido apoyar el despliegue del ser humano en ambos aspectos.
Por ello, unos de los aspectos a tratar para facilitar, no
solo el desempeño, sino también el desarrollo profesional, está en trabajar con
los profesionales esta competencia de autoconfianza, cuyo componente racional
(que sé hacer) y emocional (lo puedo llegar a hacer) es fundamental. A sí mismo, es necesario desarrollar la consciencia de que el tiempo que disponemos a lo largo de nuestra vida es mucho y de que dispondrémos de muchas oportunidades (más, si creemos y trabajamos en ellas).
solo el desempeño, sino también el desarrollo profesional, está en trabajar con
los profesionales esta competencia de autoconfianza, cuyo componente racional
(que sé hacer) y emocional (lo puedo llegar a hacer) es fundamental. A sí mismo, es necesario desarrollar la consciencia de que el tiempo que disponemos a lo largo de nuestra vida es mucho y de que dispondrémos de muchas oportunidades (más, si creemos y trabajamos en ellas).
¡Trabajemos en ello!. ¡La sociedad progresará y las
personas serán más felices!.
Muy buena reflexión Antonio, estoy muy de acuerdo.
Curiosamente, esto me recuerda mi experiencia. Estando en España en el paro durante dos años, me ofrecieron un puesto en una gran compañía internacional, en el extranjero. El puesto "sonaba" muy bien, pero para decir la verdad, no sabía ni cuáles eran las funciones a desempeñar.
Me tiré a la piscina y dije que sí sin saber exactamente qué iba a hacer en mi día a día en el trabajo. Increíble, no?
Pasaron 4 mes y resultó que lo hice muy bien. Sí, reconocimiento de la empresa con un puesto permanente.
Después de estos 4 meses comencé a darme cuenta de la responsabilidad de mi puesto y de que lo que había conseguido no era nada fácil.
Mi reflexión siempre ha sido: "Si llego a saber de esa responsabilidad y las tareas a desempeñar antes de comenzar en dicha empresa, lo hubiera hecho igual de bien o el miedo me hubiera paralizado?".
Seguramente, lo segundo y hubiera sido una gran pena.
Hay una reflexión que me encanta, sobre el miedo y sobre aquellos que nos inculcan un miedo que no existe realmente y la sensación de que no podremos hacerlo. Seguramente lo conocerás, es sobre "la ranita sorda":
http://www.youtube.com/watch?v=oJgPo5qf-gA
Hoy en día, no hago caso de esas personas, normalmente enchaquetadas y con maletín y confío mucho más en mis posibilidades.
Un abrazo!
Loles, una antigua alumna (del MBA executive en ESESA).