Esta tarde he tenido la oportunidad de comentar con mis alumnos del Máster en Management y Gestión del Cambio de la Universidad de Alcalá los nuevos datos del paro, –que, no por esperados son muy preocupantes-, y hemos reflexionado sobre cómo se presenta el futuro de los jóvenes universitarios en los próximos años.
Un mercado laboral nuevamente zarandeado por el incremento del Paro
Como sabemos, como consecuencia de la recaída en la recesión de la economía española según los datos de la Encuesta de Población Activa el paro ha sufrido un fuerte aumento en el comienzo del presente año de 2012 llegando hasta 5,6 millones desempleados. Este primer trimestre, las personas sin trabajo ha subido en 365.900; y en un año, la cifra total de parados se ha incrementado en 729.400 parados.
Entre enero y marzo, el desempleo entre los jóvenes de 16 a24 años subió en 37.600 personas; Por lo que la tasa de desempleo de los menores de 25 años alcanza el 52%..
En definitiva, la tasa de paro se ha elevado al 24,44%, -rozando el record de 1994- y el total de ocupados baja a 17.433.200, -lo que significa 3,5 millones menos que en 2007-. Es el peor dato en tres años. Y las expectativas laborales del Gobierno para los tres años no son mejores.
Tendencias del mercado laboral
La reincidente recaída de la economía española desde 2007, en un entorno económico europeo negativo, está impactando drásticamente en el actual mercado laboral: el empleo es más escaso y flexible; los salarios son más bajos y los beneficios sociales están disminuyendo.
Por tanto, las exceptivas laborales de los jóvenes universitarios no son halagüeñas en comparación como lo eran hace una década. El futuro les ofrece un mercado laboral restrictivo y competitivo.
Rasgos de los jóvenes universitarios para afrontar su futuro laboral
Sin embargo, el mensaje para los jóvenes universitarios debe ser positivo, ya que les queda mucho tiempo y un mar de oportunidades por delante. Eso sí, han de tomar consciencia de que no lo tendrán fácil y de que la “suerte” nos les va llegar sino la buscan.
Por ello, me permito aportarles algunas ideas para que afronten con éxito su inminente futuro en el mercado laboral:
- Desarrollar la “resiliencia”. Es decir, la capacidad para afrontar adversidades a largo plazo hasta que puedan salir fortalecidos y alcanzar un estado de excelencia profesional y personal. Las personas más resilientes tienen mayor equilibrio emocional soportan mejor la presión y situaciones de estrés; Esto les permite una sensación de control frente a los acontecimientos y mayor capacidad para afrontar retos.
- Ser “humildes”. Se trata de adoptar una actitud de no vanagloriase de los logros, reconocer las áreas de mejora y actuar sin un orgullo malentendido. Ello les permitirá ser más libres y positivos, así como dar mayor valor a los logros que vayan consiguiendo.
- Especializarse profesionalmente y cualificarse al máximo. La diversificación profesional, en contra de lo que pueda suponerse, resto impacto en la búsqueda de oportunidades profesionales. Igualmente, la cualificación de los jóvenes universitarios no debe acabar en la formación técnicas, sino que debe extenderse a otros conocimientos y en especial: las nuevas tecnologías y los idiomas.
- Ser osados en la búsqueda de oportunidades profesionales. Lo que significa adoptar riesgos y en especial, no tener miedo a emprender y buscar oportunidades en diferentes mercados y zonas geográficas
No podría estar más de acuerdo en relación a lo expuesto.
Soy un alumno de último año de la carrera de Administración y Dirección de Empresas y realmente es esto lo que se nos plantea y exige. Hambre por aprender, por mejorar, por no dejar que ninguna posibilidad se escape.
Entramos a la carrera con la idea de que sería todo bastante más sencillo de lo que ha resultado ser, creíamos que podríamos empezar a trabajar según acabáramos nuestra carrera y que a estas alturas ya estaríamos de una entrevista de trabajo a otra…pero por desgracia eso ya no es así. Sin embargo, es esta situación la que, en mi opinión, fuerza a los jóvenes a mejorar. Saber que no es fácil, que hay mucha competencia y que la situación no parece que vaya a mejorar en el corto plazo nos fuerza a sacar lo mejor de nosotros, a formarnos, a pensar en que postgrado podemos hacer, a aprender idiomas, a no permitirnos fallos y a dar lo mejor en cada momento. Dicho de otra manera, creo que la situación individual de los alumnos en la actualidad está formando a futuros profesionales que, llegado el momento, demostrarán haber logrado desarrollar los rasgos y características (resiliencia, humildad, preocupación por especializarse y dispuestos a asumir riesgos) mencionados en este artículo.
Un saludo Antonio.
Atentamente, Francisco Javier Aguilera.
Muy interesante este artículo Antonio.
Yo también soy universitaria, este es mi último año en Administración y Dirección de Empresas, y si todo va bien espero incorporarme pronto al mercado laboral. Ya estuve trabajando durante un año y medio en una empresa después de hacer un ciclo formativo de grado superior, y cuando se acabó mi contrato (en plena crisis) decidí entrar en la universidad por lo que tu comentas: quería estar más cualificada y formada para volver a encontrar un buen trabajo "cuando pasara la tormenta". Pienso que nunca hay que dejar de formarse y aprender. Desde luego que la suerte influye, pero como bien dices en el artículo, la suerte hay que buscarla y conlleva trabajo y esfuerzo. Tendré en cuenta estos consejos.
Un saludo,
Mónica.