( A continuación, te invito a leer la traducción del interesante artículo de Deborah Busser, socia de Essex
Partners, publicado recientemente en Talent Management)
En un año de vientos desfavorables, los gestores del talento necesitan
enfrentarse y aprovechar las tendencias del mercado laboral para hacer avanzar
sus organizaciones.
laboral. Aunque puede parecer qué, como empleados, han cambiado pocas cosas ya
que han logrado mantener sus puestos de trabajo en un mercado a la baja,
-tratando de no darse a conocer y esperando noticias mejores-, el mercado de
trabajo sigue evolucionando emergiendo nuevas tendencias. Los líderes deben
enfrentarse proactivamente a estas tendencias para asegurar que sus
organizaciones evolucionan hacia el crecimiento.
talento pueden esperar en este recién entrado año:
- Cambio en los principios de gestión
sobre los valores de liderazgo. Los empleados están más experimentados y, -aunque han estado relativamente
tranquilos esperando que las cosas vuelvan a la normalidad tras la recesión-, han
estado observando cuidadosamente. Tener “todo cocinado”, utilizar enfoques de
vieja escuela y controlar la gestión de las personas se está volviendo menos
eficaz; los empleados pueden determinar cuándo su organización no debe hablar y
cuando sus gestores son menos autoconscientes de la situación que ellos. En
cambio, los individuos deben dirigir sus valores hacia la colaboración y
asunción de los retos. Comprometer a los trabajadores en una atractiva visión
compartida y hacer que participen con la mente y el “corazón” de sus corazones,
puede hacer que los líderes cosechen mejores resultados. - Poner el foco en la cultura laboral para
hacer crecer el negocio. Algunas de las mejores organizaciones, – incluyendo Whole Foods, Panera,
SAS y Google-, invierten poco en el marketing y ponen mayor energía y recursos
en asegurar una cultura sostenible. Cuando una empresa es percibida como una
institución que realmente se preocupa por sus empleados, puede surgir una
oportunidad de marca. Los clientes apoyan a las empresas que se preocupan por
sus empleados e incluso pueden llegar a pagar si creen que sus valores son
compartidos por la empresa. - Remonta la Diversidad. Hoy en día las organizaciones tienen un interés
renovado sobre la diversidad, y ello tiene que ver con los clientes y
accionistas. Desde una perspectiva de las relaciones de cliente, las empresas
necesitan personas dentro de sus organizaciones que representen de las personas
con las que tienen que relacionarse a fuera. Recientes investigaciones de McKinsey
e ION muestran una correlación entre tener más mujeres en consejos de
administración y la obtención de ganancias. Y a la luz de legislaciones
europeas recientes que exigen una mayor diversidad en los consejos de
administración, muchas empresas estadounidenses buscan sumarse a esta
tendencia. La diversidad puede convertirse factor de negocio y sostenibilidad. · - Crece las relaciones de trabajo a nivel
virtual. Todos somos
conscientes de que la oportunidad que ofrece la tecnología de facilitar acceso instantáneo
24/7 pone en guardia a los empleados; sin embargo, el alza de plataformas de
medios sociales como LinkedIn y Facebook facilita mantener las relaciones entre
colegas de trabajo actuales y pasados. Esto permite mayor cantidad de
información y conocimientos para compartir y aprovechar; y los empleados
empiezan a ser conocidos por cuantos y quienes conocen o pueden acceder, en
lugar del tiempo en el que están en la oficina. Esto será especialmente
importante para los «baby boomers», que permanecerán trabajando por
mucho tiempo, pero exigen más flexibilidad sobre dónde, cuándo y cómo trabajar. - as organizaciones son cada vez más
planas. En un sentido
similar, el acceso instantáneo a través de la tecnología permite que los
empleados no sean tan dependientes de las jerarquías del pasado para obtener
información. La disminución del tamaño corporativo es una realidad es todas las
capas organizativas. Los empleados se han dado cuenta de que necesitan
colaborar con sus compañeros para tener éxito, pero están más interesados en
hacerlos con las personas de la organización que realmente saben. Por ello, los
directivos pueden esperar una nueva definición de trabajo en equipo. Ahora se
puede pasar de «colaborar por la posición que tienes» a una nueva
forma de pensar en la que el “chip” es “que es lo que necesito”.
Antonio Peñalver