Estamos en puertas del gran encuentro global de jóvenes con el Papa, Benedicto XVI, en Madrid.
La Oportunidad Social de la JMJ
A pesar de las críticas que recientemente, veladamente o no, estamos recibiendo sobre este evento, creo que tener la oportunidad de recibir al Papa en nuestra nación es para estar orgullosos y es una gran oportunidad para todos, seamos cristianos o no.
Para un católico –y en especial, joven- este evento es un gran estímulo para su vida cristiana y una oportunidad de vivir la universalidad de la Iglesia.
Sin embargo, para el resto de la sociedad, este encuentro es una oportunidad para reflexionar sobre lo que representa el Jefe espiritual de la Iglesia y su doctrina como elemento para atenuar y salvar el actual escenario de crisis económico-social en el que vivimos.
En primer lugar, recibir a la cabeza visible de la Iglesia católica, es la oportunidad de tratar a un Jefe de Estado relevante, -el del Vaticano-, que representa a la mayor población religiosa del mundo –que crece, además, en adeptos-. (De una población mundial de unos 6.400.000 habitantes, se estima que hay más de 2.200.000 cristianos,-de los cuales más de 1.300.000 son católicos-, frente a los 1.400.000 musulmanes y a los 900.000 budistas existentes, en sus diversas variantes).
Añadamos a esto que los valores de la Iglesia son parte consustancial de la Europa en la que vivimos.
Pero en segundo lugar, desde este blog, quiero llamar la atención sobre la oportunidad de reflexionar sobre lo que representa el pensamiento social cristiano. El Papa es el representante de un rico patrimonio, no sólo para la Iglesia , sino para la humanidad. Para muchos, este pensamiento puede ser poco conocido, puesto que los documentos oficiales de la Doctrina Social de la Iglesia son largos y complejos, quizás como consecuencia de la dificultad de los problemas que aborda.
A través de los textos y mensajes de Papas como Pío XII, Pablo VI, Juan Pablo II y el actual Benedicto XVI (quien en 2009 publicó la encíclica Caritas in Veritate), podemos destacar los puntos clave de la doctrina social:
· La legítima propiedad personal siempre que exista un destino universal de los bienes de la tierra;
· La relevancia suprema del bien común;
· La fraternidad global y la unidad de la familia humana para promover la paz y la amistad entre los pueblos, del dialogo y de la solidaridad;
· La justicia social;
· El respeto de la dignidad humana ratificada en los derechos inalienables de la persona;
· La justa autonomía en la interdependencia entre las personas, naciones y estados;
· Y la supremacía de la verdad (y por lo tanto, la ciencia), pero con caridad.
Por lo tanto, la visión cristiana rechaza, obviamente, toda forma de totalitarismo, de colectivismo, de nacionalismo, de capitalismo salvaje, pero también la idolatría de la democracia relativista.
Quien nos visita, Benedicto XVI, es el máximo representante de este pensamiento que, con hechos fehacientes, esta minimizando el impacto de esta crisis en la sociedad española –no olvidemos, por ejemplo, el papel actual de la Iglesia en la ayuda de los parados y marginados- y mundial; Ofreciéndonos, además, pautas para superar estas desigualdades e injusticias.
Este Papa, no hace mucho, en su encíclica Caritas in Veritate, nos recordaba que la caridad es “la vía maestra de la doctrina social de la Iglesia ”. La fe cristiana se ocupa del desarrollo social sin apoyarse “en privilegios o posiciones de poder”; y para Benedicto XVI las causas del subdesarrollo son de orden material pero, también y ante todo, de falta de voluntad, de pensamiento y, todavía más, de “falta de fraternidad entre los hombres y los pueblos”.
Para este Papa, que tanto critican algunos, “el objetivo exclusivo del beneficio, cuando es obtenido mal y sin el bien común como fin último, corre el riesgo de destruir riqueza y crear pobreza”.
Realmente, ¿no es una gran oportunidad que nos venga a visitar el Papa?. Acaso, ¿no nos viene bien que nos recuerden valores como la Solidaridad , la Verdad o la Caridad?.
Valiente post, Antonio. Lástima que hayamos hecho tantísimo mal y durante tantísimo tiempo en este sector, difundiendo personajes, ideologías y principios morales recesivos. Claro que siempre se puede enmendar el error apoyando ahora, con más ímpetu si cabe los productos y servicios que se apoyan en la moral adaptativa y la difunden, cerrando a cal y canto los departamentos de RRHH y Formación a gurus de tres al cuarto, inteligentes emocionales, coaches de feria y otros que, como advertía Chesterton, como no creen en Dios, se creen cualquier cosa. Normalmente que ellos son dioses y tienen sus propias tablas de la ley.
Todavía recuerdo cuando la empresa que tú y yo sabemos contrataba por un dineral absolutamente escandaloso a Goleman o los makeateam boys para dar sus estúpidas murgas a directivos de alto nivel a cambio de que se fotografiase con ellos para presumir con los amigos y, lo que es peor, con los hijos, como si quisieran comprar su cariño; mientras que los que pretendían vender productos adaptativos se iban con las manos vacías y un montón de trabajo y tiempo perdido, por no hablar del talento y de las oportunidades de crear proyectos tecnológicos que podrían, además de generar empleo e investigación científica, haberse constituido en atractores para todo un sector.
En fin, mucho mal con muy buenas intenciones, de las que adoquinan el camino del infierno, pero como diría el Santo Padre Juan Pablo II: "El mal es tan torpe que siempre termina produciendo el bien". A ver si lo hacemos realidad en la medida de nuestras posibilidades.
Un abrazo